sábado, 29 de octubre de 2011

Trabajo y género: un viejo tema, ¿nuevas miradas?



Pese a los avances en las nuevas 
constituciones y en algunas reformas 
legales, los enfoques de género 
continúan estando ausentes 
en la legislación laboral. Las mujeres 
siguen en desventaja en todos los
indicadores laborales y se enfrentan 
a discriminaciones abiertas o 
encubiertas, como los llamados «techos 
de cristal» en su ascenso a empleos
jerárquicos. Un caso paradigmático 
es el del trabajo doméstico en viviendas 
particulares, en el que a los déficits 
legales se suma la dificultad para hacer 
cumplir las normativas aprobadas. 
¿Hasta dónde se ha avanzado? 
¿Cuáles son las asignaturas pendientes? 
El caso uruguayo aporta nuevas 
luces sobre esta faceta del trabajo 
femenino que concentra una 
pluralidad de discriminaciones.
Los mercados laborales de América Latina presentan algunos rasgos de carácter estructural tales como la alta proporción de trabajadores afectados por 
la informalidad, la precariedad y el subempleo. Estos rasgos guardan una estrecha relación con el fenómeno de la pobreza y la característica desigualdad 
de la región en múltiples dimensiones. La participación en el empleo de hombres y mujeres se diferencia en variados aspectos. 

Todo ello se relaciona con el trabajo para el mercado así como con otros trabajos  que, si bien 
quedan al margen de las fronteras de lo económico en su acepción convencional, contribuyen al bienestar de las personas y a la reproducción social, como 
el trabajo realizado en los hogares. Tradicionalmente este último se atribuye 
como responsabilidad a las mujeres; eso lleva a preguntarse en qué medida 
la sociedad como un todo se hace cargo y asegura las condiciones de la reproducción social, al tiempo que se respeta el derecho de las personas a elegir 
sobre el uso de su tiempo.
El objetivo de este artículo es considerar qué hay de nuevo en la política laboral de la región, qué ha cambiado con los llamados «gobiernos de izquierda» 
y de qué forma se consideran las desigualdades entre mujeres y hombres con 
relación al trabajo. En ese sentido, se procura responder si ha habido modificaciones importantes desde una perspectiva de género con relación al trabajo 
y al empleo, y en consecuencia, si se han tomado medidas para conciliar ambos tipos de trabajo, tanto para los hombres como para las mujeres, de modo 
de propiciar un mayor equilibrio entre las responsabilidades familiares y el 
trabajo de mercado.

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